El fin de otro ciclo, el fin de los regalos creados con un concepto
escogidos por los integrantes de un pequeño grupo de estudiantes. Nuestro tema –mencionado
en entradas anteriores- era la Inclusión. ¿Qué es inclusión? De nuestro grupo
nadie tenía claro el concepto y como definirlo. Una de las integrantes, la
Cata, nos explicó con un ejemplo: “Imagínense un círculo lleno de personas
iguales y otro circulo dentro de ese mismo, lleno de otras personas “distintitas”.
Eso la gente cree que es inclusión, pero no, es integración. Ahora imagínense a
ese mismo grupo de personas “distintas” dentro del mismo círculo grande pero esta
vez mezclado, eso… es inclusión”.
Me quedó muy claro en ese momento, y así comencé a imaginar los
regalos de mis compañeros. Me costó bastante elegir materiales y colores, pero
al final, quedé bastante satisfecha con mis manualidades.
Cuando nos reunimos, cada uno tenía regalos muy particulares, se
pudo ver a simple vista como cada individuo es distinto y coexisten en un mismo
espacio-tiempo y son dueños de una imaginación única e irrepetible. La dinámica
consistía en ir entregando los regalos de manera ceremoniosa, explicando porque
había realizado esa creación y que los inspiró. Y así uno a uno fue explicando
sus motivos como por ejemplo la Dani, que hizo muñequitos que representaban a
cada uno y me había hecho inspirada en el slogan “We can do it” y además con
una nariz de payaso, lo cual lo encontré muy lindo y gracioso ya que uno no
dimensiona como te ven las personas con las cual no compartes día a día.

Una frase escrita en braille, espejitos con mallas para colgar aros, muñecos, parches, collages, todos regalos hechos con mesura y dedicación, cada uno transmitiendo la esencia de nuestro concepto y a la vez una parte de nosotros mismos. Fue una instancia grata, llena de risas y sonrisas y palabras de agradecimiento.
Instancias como estas son las que aprecio de este ramo, el conocer
a otro individuo, interactuar con las personas con quienes no te juntas en lo
cotidiano de la universidad.
Poder crear una atmósfera más íntima a través de
este ejercicio, las manualidades, que tan olvidadas están a medida que la edad
avanza. Es otra perspectiva en el cual uno puede llegar a conocer un poco más a
esas personas que se sientan un par de asientos más adelante, más allá de un
simple “Hola” o una sonrisa cordial. Podemos visualizar su imaginación en ámbitos
palpables como estos regalos, podemos ver como el ser humano es individual y a
la vez colectivo.
Esta fue una experiencia que sin duda me gustaría que se repitiera
constantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario